domingo, 19 de noviembre de 2006

Cantos al alambique


Los Padresmadres nos legaron cantos para todo momento: para enamorarse y para matar; para arrullar al nene, para curar al loco. Las mujeres cantan para pedirle prestada una jícara a la vecina, o para encargarle una olla a la alfarera. Las mujeres componen versos y más versos para el interminable Canto de la mujer borracha. Cantan al alambique y al sombrerito, el pene, tan parecida su cabeza al casco de bombero. Y beben barriles de chicha y garrafones de pox, ron hecho a espaldas de las autoridades. Se considera que tomar aguardiente en una fiesta es uno de los más grandes placeres, y la mayoría de las personas que no son protestantes brindan a diario para cumplir con algún ritual. El vino lubrica los engranes de la sociedad y el alcoholismo es un mal común. Cuando un tomador muere, sus amigos tienen la obligación de acabar todo el pox que el difunto dejó en su casa; si no, el muerto sufrirá una cruda interminable. Pero como cada uno lleva al convite varias botellas, el entierro puede terminar en un velorio sin fin.

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