domingo, 19 de noviembre de 2006

La que habla Txotxil, lava nixtamal bajo la lluvia, y come trece tortillitas para el anima


Exactamente el día en que el Sub envió su primer "pssst, pssst", el jueves 19 de agosto, fui a Chiapas a presentar el libro de Ambar Past, Cuando era hombre. Ambar es la única mujer que dedica un poema a los hombres "que nunca se acostaron conmigo", y es la única que repite lo que los hombres dicen de ella. Guapa, rubia, garbosa, camina por la calle y ve cómo la señalan con la mirada: ''¿De qué color tiene ella los vellos de su panochita?'', escucha que preguntan.

Ambar cayó parada en Chiapas, el único sitio del mundo donde hay ámbar rojo, porque así lo pintaron los zapatistas. Ambar cayó en su elemento, el ámbar, y quedó atrapada en su propia miel, en el ámbar de su esencia, como los insectos prehistóricos en la materia transparente en la que quisieron volar y se atascaron lastrados definitivamente en el oro líquido de la miel.

También Ambar es oro, como la cauda incendiada de sus cabellos que parte en dos y trenza para que no la sigan los hombres y no tenga que disculparse por no acostarse con ellos.

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